La religión – La geometría de la euforia
En un partido de futbol hay todo un coctel de conductas humanas. Los estadios de futbol son una representación clara de una hipotética democracia funcional. Todo pueden converger bajo los colores de un mismo equipo. En una masa de personas se abrazan unos con otros si ese quipo mete gol. Los estadios son inmuebles que producen felicidad efímera, la más placentera, y se convierten en lugares de sanación donde podemos aventar la mierda que producen la cotidianidad y las insatisfacciones acumuladas durante la semana. Una gigantesca masa de frustración se purifica al ver a nuestro equipo arriba en el marcador y adormecemos los sinsabores cuando gana.
El futbol es el Dios al que le rendimos ocio. Matemático, físico, nostálgico… el mismo futbol también es ocioso. Los que somos fanáticos h...